No son ya las 12.
Esa hora fue. Pasó.
No es tampoco, el tiempo aquel en que te miraba desde la ventana
con la esperanza de que el viento abanicara tu falda.
Hoy es un momento extraño, moderno.
No son las canciones que oíamos juntos las que me hacen vibrar hoy.
Ahora vienes de a pocos, sin embargo te vas con todo y de golpe,
como cuando dijiste que no volverías.
Era un ir y venir de días dulces y pegajosos.
No quise decir que no quería que te fueras, claro,
pero igual saltaste al mar y yo, tan terreno, tan enraizado...
tan tubérculo.
Un pasado diminuto, microcéfalo,
a penas se nota sobre los hombros de mi presente diverso, perverso.
Definitivamente, hoy es un momento extraño.
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